
A continuación te daré algunos consejos acerca de cómo y cuando limpiarlos, sin embargo, lo más importante es que conectes con tu intuición para saber cual hacer y de que manera hacerlo para que tenga tu toque especial.
La luna – Deja tus cristales toda la noche bajo la luz de la luna. Puedes agregar una vela, un recipiente de vidrio con agua y otro con sal. Normalmente se utiliza la luna nueva para limpiar y la luna llena para cargar, pero como en todo, escucha tu corazón. Se aconseja no sacar tus cuarzos cuando haya eclipse, ya sea lunar o solar, esto porque se presenta mucho la energía de la sombra y aunque no es mala y trae sus grandes regalos, no es algo que queremos en nuestros cristales.
El sol – Así como la luna tiene la capacidad de limpiar y cargar al mismo tiempo, el sol es más conocido por cargar de luz tus piedras y cristales. Ya irás sintiendo intuitivamente cuando es momento de cuál o si a alguna de tus piedras les gusta más la energía de la luna o la del sol. Lo que sí debes saber es que debe de ser en dosis pequeñas y de preferencia no un contacto directo, y que hay piedras a las que con mucha exposición pueden perder un poco su coloración como el cuarzo rosa o la amatista.




El agua – Este elemento nos ayuda a purificar. Puedes ponerlos en contacto directo preferentemente de forma natural como en ríos y en el mar o debajo del chorro de agua de la llave. Es importante que antes de hacerlo cheques si a tu cuarzo le viene bien ese contacto directo ya que hay algunos que pierden sus cualidades o su dureza. Por ejemplo el ópalo, lapislázuli o la selenita. Si es así entonces puedes colocar un recipiente de vidrio con tantita agua y ponerle la intención de limpiar tu piedra y absorber todo lo que sea necesario, posteriormente esa agua entrégala a la Tierra y agradece.
El fuego – Puedes prender una vela poniendo tu intención y pidiéndole al fuego que ayude a transmutar toda la energía contenida dentro de tu cristal. Procura que este y el fuego no se toquen.
La tierra – Coloca tu cristal en una maceta o en el jardín el rato que creas necesario. Observa sus cambios en cuanto a temperatura y/o color.
El viento – Cuando el viento llegue, cierra tu ojos, toma el cristal entre tus manos y deja que este poderoso elemento se lleve lo que tu piedra ya no necesita.
El sonido – Las vibraciones que crean ciertos instrumentos como la campana, los cuencos tibetanos o los mantras limpian los cristales de cualquier carga negativa que hubieran absorbido.

Cuarzo blanco – Este cristal es conocido por ser (entre muchas cosas) el limpiador de otros cuarzos y cristales. En tu mano izquierda (lado que recibe) coloca la piedra que quieras limpiar y con tu mano derecha (lado que da) toma tu cuarzo blanco y pásalo alrededor de la pieza a limpiar. Cuando termines agradece y coloca el cuarzo blanco en una maceta.
La sal – La sal absorbe y limpia energías negativas, cuando dejes tus cuarzos para limpiar a la luz de la luna, o cuando limpies con agua coloca cerca un poquito de sal y luego entrégala a la Tierra.
Las plumas – Si estás familiarizada con esta herramienta ya sabrás lo sutil y poderosa que es para limpiar energéticamente.
Copalera – Prepara con intención tu copalera, utiliza tus hierbas favoritas y agradece al fuego y al humito sagrado por la limpieza y purificación que traen a tu espacio y a tus cristales. Trátala con sumo respeto, límpiala y agradécele al final. Recuerda que ya que la copalera es una rememebranza de un útero debes taparla al final.
Sage Wands – Permite que el humo de tus atados de hierbas transmuten la energía de tus cristales. Utiliza la salvia y el palo santo con consciencia ya que su uso desmedido esta afectando nuestro ecosistema, adquiérela solo de lugares éticos. Otras opciones son lavanda, ruda y romero.

